Dormía por las noches en una esfera de nube que viajaba con el viento del Norte.
Al amanecer despertó. Abrazó su nube, la vio por última vez. Se despidió de ella.
Al medio día la recordó.
Al atardecer la anheló.
Y al anochecer su esfera de nube volvió. La abrazó, pero no era la misma.
Aprendió el niño a abrazar con más fuerza.
Y volvió a dormir guiado con el viento del Norte.
JEGR.
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