Quiero dormir, una vez más. Pero no puedo.
Llevo más de una hora buscando
entre mis archivos todas tus fotos. He rescatado viejos cd’s. Esperé encontrar
en alguno las emociones correctas, esas que me recuerdan que esto que soy aún
puede ser lo que fue.
Pasa el tiempo.
Sigo buscándote, entre tantas
carpetas que me dividen el alma. Me fragmentan la conciencia. Tan tarde me leo
y me doy cuenta de lo importante que puede ser un dato. El Amor se me volvió
recuerdo. Y el recuerdo lo tengo almacenado. No quiero perderlo entre mis
olvidos.
Pasa el tiempo; todavía. No sé
porqué.
Me quedo sorprendido de ver la
ilusión antigua de unos ojos repletos de alegría. Pero aún así te recuerdo en
mi mente, a la distancia. Con el auricular en la mano, la mente en las alturas,
pero tu corazón en mi bolsillo.
Pasa el tiempo. Se me acaban los
recuerdos.
Las carpetas se me agotan. Busco
el destello de alguna pasión perdida. Pero me quedo en silencio. De ese que te mete
en los huesos. Como si fuera frío. Quizá encontré la carpeta equivocada. Ahora
me veo, escribiendo sobre arena; estás ahí, pero lejano. Ahora veo. Comprendo.
Era como el atardecer.
Pasa el tiempo. Escribes.
No te veo cerca ya. Hay imágenes,
me pienso y quisiera rescatarte. Salir a buscarte y saber en qué parte del mar
te dejé perdido. Tengo ganas de correr hacia atrás. Decir más la verdad y
declararme preso de tus ojos tristes.
Pasa el tiempo. No sé que más
decir.
Quiero dormir. Pero no sé cómo. Aprendí
a cobijarme con tu mirada. ¿Dónde estás?
Pasa el tiempo. Y no sé a dónde
se me va.
Debo dar el último respiro.
Quiero despertar. Silencio.
Pasa el tiempo. Exhala y abre tus
alas.
ahí donde el tiempo no camina más...
JEGR.
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