Afrodisiacos




Escribe Isabel Allende en uno de sus libros que cada inspiración para la literatura le ha llegado un 8 de Enero. Recordaré eso por siempre.

Los días siete espera arduamente que la invada alguna idea poderosa que se convertirá en la mayoría de los casos en un nuevo "Best Seller" de la Literatura Contemporánea.

Pues bien, hay una de esas iluminaciones que me acompaña en cada viaje. Se llama Afrodita, un libro de recetas de cocina Afrodisíacas escrito por Isabel Allende. ¿Difícil de creer no?

A parte de la mezcla de culantro con todas la aves imaginables -incluyendo palomas y águilas reales- y pasando por la selecta colección de comida para orgías, el libro describe que el sexo mas que un acto de placer por placer es una danza de sensualidad, inteligencia y astucia -agregue a esto dos chorros de licor y tres cucharaditas de azúcar para bautizar-.

Descrito esto he decidido hablar sobre afrodisiacos tan poderosos como la comida pero que quizás son tan sutiles que se han vuelto imperceptibles en la rutina del amor -con minúscula-.

Sin necesidad de aclarar mayor cosa, simplemente porque el Amor -con Mayúscula- no requiere de demasiadas explicaciones, deberá entenderse por placer todo aquello que genere disfrute en pareja, lo que no significa únicamente los 60 minutos promedio de cualquier revolcón.


Afrodisíacos preliminares.

*- No existe placer más exquisito que no buscar el placer. Quien busca el placer hace de esto una cacería y no danza mística. La sensación de "buscar sexo" se ha de parecer mucho a la de cazar animales salvajes en el África: una vez que se consigue la presa se le corta la cabeza, se pone en un retablo en la sala de la casa y se acaba la ilusión.

El placer real es el resultado de la buena compañía con grandes dosis de satisfacción mutua. Este afrodisiaco usted puede cocinarlo justo al momento de ver a la persona amada. Se condimenta con un abrazo inicial y se rocía con ganas de comerse viva a la otra persona sin decir ni una sola palabra. Sabe mejor si hay latidos fuertes y una pizca de nerviosismo.

*- Las largas conversaciones son esenciales como afrodisíaco. Si usted pretende que el placer dure más por favor sazone su vocabulario con palabras honestas y sensuales. No oculte lo que le gusta, por algo usted se sienta delante de la persona deseada. Quien crea que reconocer lo que se disfruta del otro es un signo de debilidad con certeza será un mal compañero/a en lo erótico del Amor. Hable mucho y escuche el doble de lo que habla. La sazón de este caldo es mejor que la Sopa de Mariscos del Mar Mediterráneo.


Afrodisíacos in situ.

*- Las mejores caricias son las sutiles. Tocar puntos estratégicos hace que la otra persona sienta orgasmos prolongados y sostenidos. Por ejemplo, al conducir tome la mano de su amante y colóquela aproximadamente a 5 centímetros por encima de la rodilla. Esta receta, aunque breve, genera dosis altas de confianza y seguridad. Otros puntos importantes de tocar son la mano, el abdomen, las mejillas, la espalda y el antebrazo. Puede utilizar sus manos en esta receta o cualquier parte de su cuerpo que considere le puede poner la piel de gallina a su persona deseada.

*- Una buena práctica es exponer al otro a una alta dosis visual y auditiva de disfrute. Siempre se sabe cuales son las zonas que a la persona interesada le llaman la atención. Y si no las sabe puede aderezar con muchas preguntas precisas sobre el tema en la sección preliminar. Dejar expuestas la inteligencia o la humildad son armas poderosísimas capaces de trastornar cualquier libido. Quítese abiertamente los complejos y sáquese las preocupaciones de encima. Isabel Allende escribe que hay sutilezas infalibles en este sentido, como por ejemplo, cocinar sin una sola pieza de ropa mientras se habla de las propias teorías para la Paz mundial. Personalmente encuentro muy seductor el mostrar la inocencia sin tapujos, si se hace sin ropa puede ser un plus considerable.

*- Freud describe que el placer, en términos psicológicos, está "supervisado" por el "ello", responsable del "eros" o pulsión de placer, deseo, satisfacción. Si usted prepara adecuadamente los afrodisiacos anteriores con seguridad su "ello" estará más que complacido hasta este punto. Ahora bien, si hasta acá ha podido perfeccionar sus dotes culinarios, dése el gusto de preparar el siguiente aperitivo in situ, digno de los mejores chefs y los paladares más selectos.

Tome una botella de vino, sírvala en dos copas y encienda una vela. Apague o encienda las luces; sea democrático en su elección. Acérquese al oído y aún con ropa pronuncie todas las cosas que desea hacer en los siguientes minutos, sea tan detallado como pueda. Es necesario que mientras describe lo anterior este revolviendo lentamente la conversación con cucharadas soperas de ternura, inocencia y deseo puro. Puede conseguir los tres ingredientes anteriores en cualquier mercado donde dispensen especias y artículos como incienso o hierbas espirituales.

Comience la tarea de eliminar los objetos superfluos, como la ropa y exponga suavemente el alma de su persona amada. En el proceso utilice su sentido del olfato para reconocer la esencia del otro y sin menoscabo descubra la anatomía de la otra persona con lo que quiera menos con las manos. En caso de querer utilizarlas debe estar consciente de hacerlo con maestría hindú y no como si estuviera lavando ropa en una piedra de río.

De seguido, sin prisa, llene el oído del otro de suficiente información como para guiar el camino correcto hacia el placer. Es necesario adicionar más ternura en este momento.

Deje expuesto en este preciso momento la mayor de sus vulnerabilidades, entréguese y disfrute.

Una vez llegue a esta parte de la receta puede hacer las variaciones que guste, siempre y cuando incluya mucho deseo, respeto, comunicación y pasión desmedida. Alterne la intensidad con el descubrimiento de sensaciones nuevas y no deje de agregar constantes miradas a los ojos y múltiples maneras de decir que se ama.

Este plato puede comerse en cualquier parte del Mundo, alcanza únicamente para dos personas y cuesta aproximadamente $10 dependiendo del vino de su elección. ¡Buen provecho!


Afrodisíacos after party.

*- Los sentidos no duermen ni se colman, sólo descansan. Así que el descanso es tan vital como placentero. Eso si, nadie sacaría un pastel recién horneado al frío de inmediato, porque se aplasta, se amasa y se echa a perder. De la misma manera, mantener el calor del horno es importante al acabar cualquier acto orgásmico, como una cena, una caminata por la playa o viajar por una carretera desconocida tomados de la mano.

Un buen café, una dosis de caricias y hasta buena música son importantes para la conclusión de cada encuentro amoroso. Toda sinfonía tiene un pasaje de conclusión. No deje su melodía incompleta nunca.

Junto con el café, acerque su mano, su cabeza y su corazón al espíritu de su ser amado.

*- El Arte del Placer y de la Guerra tienen el mismo principio: comprender y acercarse. Si ha seguido estas estrategias afrodisíacas hasta este momento se podrá haber dado cuenta que cosa no acaba en este momento, sino que más bien inicia. Permítame recomendarle que cocine mucho estos afrodisiacos, hágalo de forma continua cada minuto de su Vida. Como cualquier Arte, se perfecciona en la práctica.


Sin mas, quiero ir a cocinar. Anímese y dése el gustito de elaborarse el mejor de los platillos. Se lo merece!

¡Feliz y delicioso 2014!

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