Deseo

"Toco tu boca, con el roce de mis dedos, toco el borde de tu boca". Así iniciaba algo que leí, observé, me obsesioné o dirigí. Francamente ya no lo recuerdo. Es difícil.

En este lugar desconocido, recordar no es sencillo. Recordar todas aquellas cosas más vitales que hoy ya no son mías. Que huyen al verme, que se desesperan. Que me tienen maniatado o que se ilusionan con mi presencia, sin conocer el fondo de esa extraña necesidad.

Es mejor callarme el corazón. Apagar la mente.

Hoy escojo no pensar más en mis responsabilidades ni en mi pasado. Ese que me acompaña; que en algunas ocasiones inclusive me paraliza. Es él que se me esconde meses atrás y de un pronto a otro aparece de nuevo vestido de seducción.

Deseo no reencontrarme de nuevo con él porque me asoma en ocasiones al espejo.

Me ha embrujado. Toma cotidianamente decisiones por mí y ya no sé que hacer.

Justo cuando ya he perdido la noción del tiempo y me aboco a la tarea de vivir el camino que se me ha dado, aparece. Me nubla la vista, pero hago como si no lo viera y corro la mirada. Sé que no está cercano y que escapará.

Maldito deseo. Maldito.

Quisiera borrarlo de mis llamadas, sacarlo fuera de mis labios, espantarlo con mis luchas internas. Mas él aún habita en mi. Tiene múltiples caras. Caras vestidas de decisión, transparentes en apariencia, forzadas, agresivas, inclusive tiernas y con rostro de niño.

Aléjate de mi y déjame en paz. No puedo discimular otra vez detrás de algún licor que nada pasa. Ya te he visto. ¡Huye!.

Aléjate de mi que no puedo perder la Vida de esta manera. Aléjate, porque necesito de aquel aire que inspiraba inocencia antes de conocerte. Aléjate desdichado deseo, dejáme ser aquel que imploraba por Amor una vez más; pero esta vez con los oídos sordos, con la conciencia plena.

Vete y dame la Libertad que necesito para poder sentar la cabeza en la almohada una noche más y poder descansar como hace años no lo hago.

Vete, que en tu ausencia encuentro yo esos caminos nuevos por donde yo hoy escojo transitar.

Vete, te lo suplico.

Si te vas, prometo recobrar la paz que, fuera de los muros de este país tan mío, yo mismo construí.

JEGR.

Comentarios